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Por qué deberías contar las historias de tus fracasos
No ha podido ser. Con la mayor de las ilusiones lancé hace apenas año y medio mi proyecto profesional de diseño y consultoría online. Una mezcla de decisiones equivocadas, impagos y retrasos en los pagos de varios clientes me han llevado a esta situación, y ahora sólo cabe mirar hacia delante aprendiendo del pasado, porque nada en la vida cae en saco roto. Estoy viviendo en primera persona aquello de que la victoria tiene mil padres, pero la derrota es huérfana. Sin embargo, nunca nadie dijo que fuese fácil, y sé que tengo el apoyo de los que nunca me fallan, así que a por todas.”
Hace poco leí este comentario de una persona en Linkedin y me llamó mucho la atención porque es muy extraño encontrar alguien en nuestro país que asuma y reconozca públicamente que ha fracasado en algo, en el campo que sea.
Cuando un bebe empieza a andar y se cae… ¿ha fracasado?
Nadie se sorprende cuando un niño pequeño trata de dar sus primeros pasos y se cae. Se levanta, lo vuelve a intentar y se cae. Y así continuamente hasta que empieza a andar. Lo vemos normal, vemos que se tiene que caer 100 veces antes de que empiece a andar. Nadie le dice al niño después de caerse la primera vez: “se acabó, era tu oportunidad de andar y la perdiste. Ya no lo intentes más. No vas a andar nunca“. Por su lado, el niño tampoco esconde que ha fracasado o se avergüenza de ello. No siente presión por no haberlo conseguido. Simplemente se levanta y lo intenta otra vez, tal vez modificando algo gracias a lo que ha aprendido de sus errores anteriores, y así sucesivamente hasta que lo consigue.
Creo que en España tenemos una tarea pendiente con el reconocimiento del fracaso. Hay un estilo general de aparentar que lo hacemos todo bien a la primera, que nunca nos equivocamos. Ni de coña, ¿cómo voy yo a equivocarme? Pues sí, todos nos equivocamos y fracasamos en muchas cosas y para que sirva de ejemplo aquí van un par de mis fracasos:
- Cuando estaba en primero de carrera me matriculé además en la facultad de Derecho. Quería simultanear el estudio de dos carreras. Me pasé de listo y la realidad es que nunca llegué a ir a clase. Aprendí que hay que pensar bien las cosas y no engañarse a uno mismo. Terminé mis estudios de Comunicación en los años previstos y tan contento.
- Años más tarde, cuando terminé la carrera estuve preparándome para unas oposiciones.Me daba miedo enfrentarme a un mundo laboral incierto y en el que era difícil meter la cabeza. Las oposiciones eran una forma de seguir bajo mi zona de confort. Después de 3 meses dejé las oposiciones porque me dí cuenta de que me interesaba más trabajar en un Medio de Comunicación. Aprendí que no hay que tener miedo y que al final siempre sale alguna oportunidad. Así fue ya que a los 4 meses empecé a trabajar y hasta hoy…
El fracaso es cuestión de perspectiva
Un fracaso es en la mayoría de las ocasiones un punto intermedio antes de llegar al éxito. De nosotros depende desde dónde y con qué perspectiva queremos contar nuestra historia. |
Las marcas también fracasan y deberían contarlo
Si conseguimos que nuestros clientes conozcan los fracasos y todo lo que hemos tenido que superar para ser la marca que somos hoy en día le estaremos dando una profundidad a nuestro relato mucho mayor que si solo enseñamos la foto del final feliz. Hagamos en nuestros relatos de marca que el cliente sufra con nuestros fracasos y se alegre con nuestros triunfos. Busquemos una humanización de nuestros relatos porque, al fin y al cabo, todos nos equivocamos y lo importante, como decía, no es eso sino dónde nos han llevado nuestros fracasos.
Bravo por la gente que fracasa y lo cuenta
- Por ejemplo está el evento Fuck up Night nacido en México en el que se junta gente, en un ambiente relajado, casi festivo, para contar los fracasos que han tenido y lo que han aprendido de ellos.
- En España también se ha hecho ese tipo de evento (al menos en Valencia que yo sepa) y una de las personas que participó fue Javier Echaleku que además cuenta es su blog cómo se arruinó emprendiendo. Una historia valiente y valiosa.
- Para el que le guste leer le recomiendo El pornógrafo emprendedor. Relato ameno y enriquecedor de un emprendedor en el mundo de la pornografía que cuenta con todo detalle todos los errores que cometió.
- Y por último una página en la que podemos ver los fracasos de famosos. El argumento que nunca falla. Si gente más “brillante” que nosotros ha fracasado…
Así que ya sabes. Asume tus fracasos, aprende de ellos, cuéntalos e incorpóralos a tus narraciones y muestra hasta dónde te han llevado.
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