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¿Qué lecciones he aprendido sobre el emprendimiento?
Hace poco más de un año decidí participar en el III OARSIS Weekend (una especie de hackathon para captar talento y entrar en el programa de incubación de startups de OARSIS). En el verano de 2018 y gracias al enorme trabajo de mi socia, Sarah Gatefield, así como de otros enormes profesionales como Edwar Rojas, Rob Sansom y Marta Blanco, fue posible lanzar Creatikal: una app para crear contar historias en realidad aumentada. Un hito increíble llegar hasta ahí.
En la actualidad, ese camino se ha cerrado para mí y mis pasos van por otro lado, pero me llevo grandes aprendizajes de esta época pasada. Los he metido en la mochila y me acompañarán toda mi vida. Aquí van por si a alguien les sirve:
- Ni te imaginas de lo que somos capaces de hacer si nos lo proponemos, trabajamos duro y en equipo. Cuando me presenté al III Oarsis Weekend no tenía ni idea de hasta dónde llegaría, pero estaba motivado. Cuando conocí a los que iban a ser mis compañeros de equipo, me motivé aún más. Trabajamos durante 48 horas como burros y llegamos a ser el equipo ganador. Así que lo primero es estar motivado: querer llegar. Y lo segundo es currar: currar mucho.
- Empezar es duro, pero lo realmente duro es caminar todos los días, mantenerse. Se trata de hacer un viaje. Un viaje largo, y tortuoso, y plagado de subidas y bajadas muy seguidas. Con razón se compara con una montaña rusa. Si algo he aprendido en todo este tiempo es que hay que tener constancia. Si no la tienes, planteate hacer otra cosa o, tal vez, hacerlo más adelante.
- Creo que todo el mundo debería emprender al menos una vez en su vida: un proyecto grande o pequeño, lo que sea. Lo importante es que nos atrevamos a “salir a la calle”, salir de nuestra zona de confort y tener que poner en marcha algo desde la nada. Te enseña muchísimo. Puede que incluso te muestre que eso no es para ti y que prefieres hacer otra cosa. Perfecto, no pasa nada. Habrá otras muchas cosas que te habrás llevado por el camino, te lo aseguro. A muchas personas recién licenciadas este es el máster que sin duda les recomendaría. Si sale bien habrán montado un negocio con veintipocos años, si sale mal les queda toda la vida por delante para seguir haciendo otras cosas, emprender otros proyectos o trabajar en una empresa con un conocimiento muy valioso.
- Eso sí, si vas a emprender te recomiendo que aprendas algo de la metodología Lean Startup y la apliques. Por favor, no estoy diciendo a la gente que empiece a gastarse sus ahorros en la primera idea peregrina de negocio que se les haya ocurrido o les hayan contado. “Crear” empresas con recursos económicos es relativamente sencillo, y perder ese dinero en crear negocios que a nadie interesa, también es muy sencillo. Adopta la metodología (y yo diría también la filosofía) Lean y aplícala. Te enseñará que hay un montón de cosas que puedes hacer para avanzar con tu negocio antes de gastar un solo euro, como por ejemplo si hay un problema que solventar, si la gente está dispuesta a pagar por una solución, cuánto está dispuesto a pagar el cliente y por qué solución, si es factible crear esa solución o no… Y créeme, para llegar hasta ese punto, no hace falta gastar mucho dinero ni tiempo. Métete este mantra en la cabeza: se trata de reducir la incertidumbre y aprender. Y esta dinámica para conseguirlo: hipótesis, validación, hipótesis, validación, etc. Dos libros que recomiendo, aunque la literatura al respecto es extensa: El manual del emprendedor (Steve Blank y Bob Dorf) y Running Lean (Ash Maurya). Con estos tienes para ir empezando, que al final es de lo que se trata, de ir dando pasos.
- La velocidad es importante. No se trata de ser el mejor, ni el más grande, sino de ser el más rápido. No esperes a estar mejor preparado, ni a que llegue el mejor momento. Tienes una ventaja: cuando empiezas eres pequeño, tienes capacidad de moverte rápido, de hacer prototipos, de validar ideas, etc. Aprovéchalo, pero de verdad: no esperes, no mires hacia atrás, corre. Te aseguro que hay más gente en el mundo con la misma idea que tú y ellos no te van a esperar.
- No te midas por lo que has hecho, sino por lo que has conseguido. Se trata de ir dando pasos, así que aquí no vale el decir: “bueno, ya he cumplido mi jornada laboral, puedo esperar mi nómina a final de mes“. No. Vas a tener que trabajar mucho, pero enfócate siempre en los resultados: ¿qué has conseguido con lo que has hecho? ¿Cómo te acerca eso a tu meta? ¿Cuál es el siguiente paso? ¿Qué conseguirás con ello? ¿Hay alguna otra forma de hacerlo mejor, más rápido, más barato? ¿Puedes hacerlo ahora? Irás dando pasos constantemente. Bien, genial, echa si quieres un rápido vistazo hacia atrás, date una palmadita en la espalda y sigue.
- Gestión de personas: busca lo que les mueve. El mejor consejo que me dieron en este aspecto. Al principio vas a tener que resolver una difícil cuestión. Necesitarás más personas en el equipo para que hagan realidad la visión, pero lo más probable es que no tengas dinero para pagarles. Ni siquiera sabes si la idea tiene sentido. Puedes caer fácilmente en una excusa para no comenzar nunca: no comienzo porque no tengo personas que me ayuden y como el negocio no ha arrancado no puedo contratar a nadie. Vale, stop. Busca a alguien que te complemente y con quien puedas formar un equipo sólido (alguien que trabaje contigo y no para ti). Acudir a eventos como el Oarsis weekend ayuda mucho en ese sentido. Si no, mézclate con emprendedores, ve a meetups, busca en foros… Involucra a las personas en tu proyecto, hazles ver tu visión, dónde quieres llegar, qué quieres crear. Escúchales, seguramente enriquecerán tu visión. Además, una de las cosas que más pueden involucrar a alguien en un proyecto es que también sea su proyecto. Y luego, busca lo que les motiva: ¿por qué quieren emprender?, ¿qué es lo que podrían hacer en este proyecto que no pueden hacer en su empresa actual?, ¿dónde quieren llegar y cómo este proyecto les puede ayudar? No des por hecho que lo único que buscan las personas es un salario: te sorprenderá ver la cantidad de personas que lo que buscan, antes que otras cosas es aplicar su creatividad a un proyecto, lanzarse a emprender de la mano de otra persona, aprender, tener un puesto de responsabilidad, experimentar con nuevas tecnologías… y por supuesto, poder ganarse la vida con ello. Eso sí, sé sincero. No mientas sobre el estado en el que se encuentra el proyecto ni eleves artificialmente las expectativas. De lo que se trata es de verificar rápido si la idea es viable o no así que las personas involucradas, incluido tú, no tendréis que invertir años “trabajando gratis”. De hecho, mal vas si es así.
- Rodéate de gente buena, sí, pero sobre todo gente que ponga pasión en lo que hace. Pues eso. El conocimiento está bien, es necesario y si al final lo que necesita el proyecto es alguien que sepa programar, busca un programador y cuanto mejor sea, mejor. Pero ten en cuenta también otros factores como la pasión. Busca personas motivadas, que sean capaces de encontrar soluciones a los problemas que surjan. Quien tiene un por qué, encuentra un como. Ya lo he dicho, el camino de la aventura va a ser largo (esperemos), tortuoso y con un montón de dificultades que ni siquiera eres capaz de imaginar. No se trata tanto de encontrar a alguien con todas las respuestas, sino de encontrar a alguien (y tú mismo deberías aplicarte esto) que sea capaz de buscar soluciones cuando aparezcan los problemas, aplicarlas, observar los resultados, aprender y seguir adelante.
- Busca ayuda, la comunidad emprendedora es buena gente y están dispuestos a ayudar, al igual que mucha gente. Te sorprenderá la cantidad de personas que están dispuestas a ayudarte. Y no hablo de dar dinero (eso ya llegará), sino de cosas que al principio te serán de gran ayuda para llegar al momento de pedir dinero. Hablo de contestar encuestas, de difundir tu proyecto, de ponerte en contacto con otras personas, de darte feedback sobre tu idea, de darte consejo profesional en diferentes ámbitos, de hacer colaboraciones, de intercambiar servicios, etc.
- Escucha todos los consejos que puedas y luego haz lo que tú creas. Vas a escuchar un montón de cosas, a leer a gurús y a gente que habla del emprendimiento como si tuviera todos los secretos: desde frases motivadoras hasta cosas que hacer y cosas que no hacer. Este artículo no deja de ser un apunte más. Te recomiendo que hagas con este post lo mismo que con el resto. Toma de él lo que te venga bien, lo que te aporte y continua. Tú estás en la carrera, tú sabes mejor que nadie cómo te encuentras, lo que necesitas en cada momento. Eso sí, no desaproveches la oportunidad de escuchar consejos de otros emprendedores que ya han pasado por eso o situaciones similares. Busca mentores y aprovéchate de ellos, pero al final tienes que tomar una decisión. Pues adelante, tranquilo, nadie tiene más información que tú, confía en ello y toma la decisión que sea. Eso si, observa los resultados, evalúa, aprende e incorpora ese conocimiento a tu mochila.
- La gente te adorará, pero eso no significa que te vayan a dar el dinero así como así. Decir que eres emprendedor hará que los rostros que tienes enfrente muestren una expresión que va desde la compasión hasta la admiración pasando por el clásico: “eres un valiente“. Vale, tampoco te detengas mucho en eso. Aprovéchate de la lástima que puedas generar diciendo que eres emprendedor (“pobrecito él, sin nómina ni nada“, pensará mucha gente) para conseguir lo que necesitas para seguir avanzando: hay gente que está encantada de poder ayudar a emprendedores (entre otras cosas porque a ellas les habría gustado seguir ese camino), pero no saben cómo hacerlo. Es tu trabajo decirles cómo te pueden ayudar, qué necesitas de ellos. Pide. No te dé vergüenza. Por cierto, no te dejes llevar por el ego cuando escuches halagos del tipo: “es que los emprendedores estáis hechos de otra pasta“, “deberían daros más ayudas“, “sois la verdadera riqueza del país“… Bueno, eres emprendedor, ya está. Igual de válido para un país que una persona que trabaja en una óptica o asfaltando carreteras. Se supone que haces esto porque quieres y es cierto que se podría ayudar más a los emprendedores, y ponerlo más fácil y si quieres estamos todo el día hablando de lo que falta, pero perderíamos el tiempo. La situación para emprender es la que es, si quieres esperar a que las condiciones sean óptimas, adelante, coge una silla.
- Las empresas deberían adoptar estas metodologías e incorporar a estos profesionales. He trabajado en empresas de muchos tamaños y diferentes sectores. Cada una tiene su ritmo y es importante saber ir al ritmo de cada una. No se pueden pedir peras al olmo. Pero sí creo que en ninguna empresa, en ningún proyecto, he ido tan rápido, he sido tan creativo, me he enfrentado a tantos nuevos retos, he tenido la mente más abierta para buscar soluciones diferentes como en este periodo. El ritmo es el de un comando guerrillero que se va moviendo por la selva día y noche, que come lo que caza, que se enfrenta a mil peligros inimaginables y que, en definitiva, está solo y acechado por todos lados. Si algo de esto se pudiera incorporar a las empresas más o menos grandes (con sus limitaciones y características) creo que ganarían mucho en lo que a procesos de innovación supone.
- Ten un mapa, aunque prepárate para cambiarlo. Dibuja un plan semanal y cámbialo. No pasa nada. De hecho, mala señal si no lo cambias. Recuerda que no tienes ni idea de lo que le pasa al cliente, de cuáles son sus problemas reales, de aquello por lo que está dispuesto a pagar, etc. Incógnitas e hipótesis que irás despejando día a día. Lo importante es que cuando llegue el momento de cambiar sepas verlo (a veces es difícil) y sepas asumirlo (esto es más difícil todavía). Llegado ese momento tendrás que hacerte la pregunta de si quieres dar una solución al problema que has detectado (aunque no fuera el escenario que tenías previsto) o quieres seguir adelante con tu idea aunque no le interese a nadie.
- No tengas miedo. O mejor dicho, no dejes que el miedo te paralice o te haga huir. Enfréntate a él. Entiendo que puede entrar una cierta congoja cuando la cosa se haga más grande: hay inversiones por medio, nóminas, pagos a proveedores, mucha tensión, etc. Yo no he llegado a ese punto y puedo percibirlo así que no quiero imaginar lo que se debe sentir al estar en esa situación. De lo que sí te puedo hablar es de los primeros pasos: y no hay razón para tener miedo. En serio, ¿qué problema hay en tener una idea?, ¿y en hacer una serie de preguntas a posibles clientes?, ¿y en rellenar un canvas?, ¿y en hacer una prueba de concepto a coste cero?, ¿y en hacer una web?, ¿y en contar tu idea a más gente?. ¿y en juntarte con esa gente para seguir trabajando en eso?, ¿y en dedicar un tiempo a tu idea?, etc. Verás que hay muchos pasos que puedes dar desde ahora mismo. Otra cosa es que quieras darlos, que estés motivado, que sea el momento. Ojo, no te estoy retando. No creo en la idea de que todo el mundo tenga que ser emprendedor (otra cosa es acercarse a la mentalidad emprendedora, que sí creo muy válida para todo el mundo), pero me da pena que muchas personas tengan miedo de dar esos primeros pasos. Ojo, también te digo que llegará un momento en el que, si decides seguir adelante, tendrás que dedicarte al proyecto en cuerpo y alma. No creo en eso de ser emprendedor a media jornada. Como alguien me dijo una vez, esto no es un full time job, sino un full life job. Es lo que hay.
Así que si tienes esa inquietud que bulle con más o menos fuerza en tu interior mi recomendación es que cuides esa llama y trates de avivarla. Créeme, hay muchas cosas que puedes hacer a coste prácticamente cero. Prueba. ¿Quién sabe? A lo mejor hasta descubres que no estás hecho para emprender, que no es lo que te gusta o que tal vez ese no es el momento. O puede que hayas descubierto tu pasión. Si es así, síguela.
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